lunes, 17 de noviembre de 2014

SL-CV 6 PNM Umbría-La Plana


La Sierra de Enguera goza de una amplia extensión de bosque mediterráneo de gran valor ecológico. En ella se encuentra el Paraje Natural Municipal Umbía-La Plana, un espacio protegido de 426,28 ha que fue declarado PNM el 20 de mayo de 2005. Este precioso paraje alberga masas de pinar con alto grado de naturalización, y barrancos y umbrías con una cobertura vegetal de gran diversidad. Entre la fauna, destaca la presencia del Águila-azor perdicera, el Murciélago grande de herradura y el Gallipato, especies catalogadas como “vulnerables” en el Catálogo Valenciano de Especies de Fauna Amenazada (1, 2). Además cuenta con un rico patrimonio histórico, que incluye el yacimiento del poblado de la edad de bronce La Peña del Tosal, el yacimiento del poblado íbero Cerro Lucena, el camino íbero Azagador de Lucena, el Castillo de la Encomienda de Enguera, catalogado como Bien de Interés Cultural, y el Acueducto de La Mota, de la edad moderna-barroco (3, 45).

Datos de la Ruta:
TérminoMunicipal: Enguera (Valencia)
Distancia recorrida: 11,45 km
Desnivel acumulado: 604 m
Fecha de realización: 17/02/2013
Descarga del track (gpx) en este enlace de Wikiloc. 



La ruta comienza en la calle San Antonio de Padua, en Enguera, junto a la Ermita de San Antonio de Padua. Esta ermita fue construida en 1885, y restaurada en 1986, y consta de capilla y sacristía. En la fachada presenta un arco de medio punto formado por amplias dovelas. Sobre el techo piramidal de tejas árabes descansa la espadaña con campana rematada con cruz de hierro (6, 7). 

Arenetas. En el paraje de la Mota y los barrancos colindantes hay numerosas oquedades excavadas en la roca que tienen su origen en la extracción de arena (por la singular composición del terreno), que se utilizaba para fregar utensilios de cocina, y llegó a generar un comercio de la misma. Era tradicional la reunión de grupos de mujeres que acudían a recoger la arena (Panel informativo). 


Fuente de la Mota. El origen de esta fuente data de 1603, cuando se excavó un pozo en este lugar elevado próximo al casco urbano. Ese año comenzó la construcción del Acueducto y conducciones de la Mota, que finalizó en 1604, y permitió canalizar el agua de esta fuente hasta una fuente pública situada en la calle San Antonio de Padua, que se convirtió en el principal punto de abastecimiento de agua para la población. El acueducto tenía una arcada para salvar el fuerte desnivel, que fue derribada. Sus ruinas pueden observarse en el paraje de la Mota (8, 9).

El sector textil lanero en Enguera tuvo una larga tradición, y al parecer experimentó una apreciable expansión en el siglo XVI. La villa contaba con un escaldador de lana, la pila de Sorió, que se nutría de las aguas de la fuente del Barranco de la Mota (9). Tras el terremoto acaecido en el siglo XVIII, la ayuda financiera concedida por Fernando VI permitió el auge de la industria manufacturera de lana, que se mantuvo como el principal motor económico del municipio durante el siglo XIX y gran parte del siglo XX (3). 


Seguimos el camino hasta llegar a una senda que se desvía a la derecha, por ella ascenderemos por la Umbría de la Peña del Tosal hasta llegar al Corral de Campanilla. Enlazamos con la pista que transcurre de Enguera a la Plana y nos dirigimos hacia la derecha, hacia La Plana-Piquet. Continuamos por la pista y al llegar arriba nos dirigimos a la izquierda, hacia el Alto de la Plana. Siguiendo la pista forestal llegaremos al vértice geodésico del Mojón Blanco, de 624 metros de altitud, desde donde podremos observar la Canal de Navarrés, La Costera y la Vall d'Albaida. Volvemos por la misma pista hasta llegar al cortafuegos que se desvía a la derecha, por el que descenderemos siguiendo la senda que nos llevará a la Fuente Lucena (10). 


Fuente Lucena. El origen de esta fuente parece remontarse a la época romana, lo que vendría apoyado por los restos de la canalización de agua desde el nacimiento hasta donde se encuentra la fuente actual, que debía continuar por donde hoy en día transita la senda hasta el caserío Casa Lucena. Esta canalización constaba de unos enormes muros de mampostería apoyados sobre piedras trabajadas, de los que pueden observarse algunos tramos a lo largo del camino. El nombre del caserío parece derivar de la época romana, "Villa Luciana", y en su entorno se han hallado diversos restos de esta época (11).

La fuente actual fue reformada en 1930, muestra un cuerpo central formado por una pileta labrada en la piedra, que vierte el agua a un pequeño abrevadero en cuyo frontis está grabado el año de su reforma. En la parte posterior se encuentra la puerta de entrada a la mina, una canalización de largo recorrido excavada en la roca que tiene su inicio en un pozo de unos siete metros de profundidad. Al parecer esta canalización fue construida en la época musulmana, y el agua de la mina era conducida mediante una canaleta de ladrillos árabes hasta las balsas próximas al caserío Casa Lucena (11). En este paraje tuvimos la suerte de poder observar una Salamanquesa rosada. Volvemos por la misma senda hasta llegar al camino, que tomaremos hacia la derecha, por el que continuaremos hasta llegar a un cruce con un poste indicativo que nos guiará hasta el poblado íbero y el castillo.

Canalización romana, Imagen: José Cerdá

Poblado íbero Cerro Lucena (siglos IV a.C - I d.C.). Este poblado estaba situado en la región íbera conocida como Contestania, y estuvo habitado al menos desde principios del siglo IV a.C. hasta la segunda mitad del siglo I d.C. Posteriormente sus habitantes fueron trasladándose al pie del cerro, por influencia de la paulatina romanización. Es un poblado fortificado, con una extensión superior a 5 ha, que muestra un urbanismo estructurado y un sistema defensivo elaborado. En la zona excavada se pueden ver los restos de unos veinte departamentos y una torre de aparejo ciclópeo de influencia helenística. Al parecer dependía de Saetabi (Xàtiva), que era la capital de Contestania, y estaba intercomunicado a través de rutas comerciales con Castellar de Meca (entre Ayora y Almansa) y Bastetania (Baza, Granada). Todas estas características sugieren que pudo ser un núcleo o asentamiento de primer orden. Entre los materiales hallados hay conjuntos de cerámicas ibéricas y plomos escritos, así como, monedas, cerámicas y otros objetos que indican la existencia de tratos con griegos, fenicios y cartagineses  (12, 13, 14, 15, 16).


Reconstrucción de una casa íbera. Las casas íberas solían ser de una sola planta y separadas por muros medianeros. Su construcción partía de un zócalo de piedra sobre el que se levantaban las paredes de adobe, que eran revestidas con barro y enlucidas con cal. El suelo era de tierra batida, y ocasionalmente de guijarros o lajas. El techo era plano, y consistía en un entramado de vigas de madera y ramas cubierto de una capa de arcilla (17, 18). En este paraje pudimos observar una preciosa Salamanquesa común, un pequeño reptil inofensivo que se alimenta de insectos, entre ellos, hormigas, polillas, moscas y mosquitos, siendo unos 'insecticidas' naturales muy efectivos. Es importante recordar que no hay que molestar a la fauna para no causarle ningún perjuicio, ya que los animales se pueden estresar. 


Castillo de la Encomienda de Enguera de la Orden de Santiago (siglos IX-XVIII). El castillo parece ser de origen musulmán, pues estaba en funcionamiento durante el periodo califal, siglos IX–XIII, aunque no se descarta un origen más antiguo. En esta época se configura la población actual de Enguera, y las numerosas aldeas y alquerías dependientes de ella. En el siglo XII Enguera llegó a ser capital comarcal de un distrito taifal que abarcaba hasta Dénia, debido a la posición clave de su castillo en el dispositivo estratégico-militar de la zona, desde el que se controlaba la vía que comunicaba Almansa con Játiva (319, 20, 21).

Enguera fue conquistada por el reino de Castilla en 1244, y en virtud del Tratado de Almizra (26 de marzo de 1244) pasó a pertenecer a la Corona de Aragón. Jaime I de Aragón donó el castillo y las tierras a la Orden Militar de Santiago de Uclés, que relegó a los habitantes musulmanes a las zonas rurales y repobló la villa con colonos aragoneses, estableciendo la encomienda santiaguista que se mantuvo hasta 1575. El 17 de diciembre de 1575 Felipe II vendió Enguera con todos sus vasallos a Bernabé de Borja, miembro de la familia más importante del Renacimiento valenciano. El castillo se mantuvo en uso debido a su posición fronteriza, hasta que Pedro IV de Aragón ordenó su demolición en 1365, probablemente para evitar que pudiera ser usado por las tropas castellanas durante la Guerra de los Dos Pedros. En 1748 un terremoto afectó gravemente su estructura, dejándolo en el estado actual (202122Panel informativo).


El castillo está formado por un doble recinto, con, al menos, cuatro zonas defensivas. El recinto exterior, más irregular y adaptado al terreno, está construido a base de tabiya, y presenta algunas torres rectangulares y alguna defensa interior previa bastante deterioradas. El recinto interior, situado en la cima y de planta rectangular, muestra restos de muros y torres angulares realizados en cal y canto, que parecen de la época cristiana. En el centro de este recinto se encuentra la plaza de armas, con los restos de un gran torreón construido con sillares, que quizás fue la torre del homenaje cristiana; también puede observarse un silo para almacenar grano (20, 21, Panel informativo).  


Seguimos la pista de vuelta hacia Enguera hasta llegar a un camino que se desvía a la derecha, por el que descenderemos hasta llegar a la población. A lo largo de este camino podremos observar tres elementos del patrimonio histórico. La Calzada medieval, construida entre los siglos XI y XII para unir el castillo con la Villa. Está realizada con piedras de canto rodado, con dos hileras de contención laterales, una hilera de desagüe central y piedras de relleno entre ellas. Esta estructura evita que se embarre, lo que facilitaba el avituallamiento de las tropas. El Pozo de Benacancil, reproducción de una construcción de la época bajo-medieval situada en el Barranco de Benacancil que se utilizaba para recoger las aguas pluviales que descendían desde el Piquet. El Puente medieval, construido entre los siglos XI y XII para salvar el Barranco de la Mota y comunicar el castillo con la Villa. Muestra dos fases constructivas. En la primera destaca el arco escarzano de circunferencia muy rebajada. En la segunda, un arco agudo asimétrico, del tipo Tudor español, construido con ladrillo macizo, con el que se amplía la anchura de la vía (22, Panel informativo)



Referencias: 
5. Enguera. Umbría-La Plana, Barranco La Hoz y Barrancos Carrasca-Gatillo. Guía de Parajes Naturales Municipales de la provincia deValencia. Diputació de Valéncia. Medi Ambient
6. I. Vila. 2011. Desarrollo de rutas turísticas guiadas en Enguera.Trabajo Final de Carrera. Escuela Politécnica Superior de Gandía, Universidad Politécnica de Valencia
7. Ermitas de la Comunidad Valenciana
8. Pepeliktrencacames: SL-CV 6 de La Mota a Lucena
9. J.R. Pérez. 2010. Construyendo paisajes mediterráneos: Apropiación de tierras y transformaciones del paisaje en la Sierra Enguera (1580-1930). Estudios y Documentos 7. Universitat deValència. 
10. Jose Maria Simón-Noticias de Enguera y su sierra: SenderoSLV-6 – La Mota-Lucena-Castillo
11. José Cerdá. 2009. El arco de los abrevaderos oficiales y los límites de las zonas de pastura consolidadas.
12. Macizo del Caroig. Itinerarios de un Paisaje Cultural
13. Contestania: Definiendo la Contestania
14. Contestania: Cerro Lucena
15. Las Provincias: La ciudad inesperada
16. Poblados Ibéricos: Urbanismo, poblados y sistemas constructivos de la cultura ibérica.
17. Artifexbalear: La construcción íbera
18. La Edad Antigua en España 
19. Ayuntamiento de Enguera: El Castillo de la Encomienda deEnguera, de la Orden de Santiago.
20. Castillos Comunidad Valenciana: Fortificaciones de Enguera
21. Wikipedia: Castillo de Enguera
22. Ayuntamiento de Enguera: Patrimonio cultural 



miércoles, 8 de octubre de 2014

SL-CV 31 Ruta del Agua: Río Buñol y Río Juanes


La cuenca del río Buñol alberga una gran riqueza de manantiales que ha sido apreciada desde la antigüedad. La presencia humana en la zona data de hace unos 50.000 años, habiéndose hallado restos arqueológicos del Paleolítico Medio, Paleolítico Superior (unos 20.000 años), Mesolítico (unos 10.000 años) y Edad del Bronce (unos 3.000 años). Los habitantes íberos quizá llamaron a su poblado Bullon o Billón, que significaba fuente. Los romanos establecieron el primer asentamiento estable, al que denominaron Bullion (hervidero de aguas) o Balneolum (balneario); origen del actual pueblo de Buñol. Los árabes es posible que lo llamasen Bunyùl, y en época morisca se llamó Al-Bunyul (1, 2, 3). Esta abundancia de recursos hídricos, unida a lo accidentado del terreno y a la concentración de núcleos demográficos, propició la proliferación de molinos y otros artefactos hidráulicos en la cuenca, que en 1862 era de al menos 35: 19 molinos harineros, 12 molinos papeleros, 3 batanes y algunos telares y fábricas de jabón (4).

Datos de la Ruta:
TérminoMunicipal: Buñol y Yátova (Valencia)
Distancia recorrida: 11,61 km
Desnivel acumulado: 527 m
Fecha de realización: 29/04/2014
Descarga del track (gpx) en este enlace de Wikiloc. 
Más información de esta ruta en el Blog Pepeliktrencacames y en este enlace de Wikiloc.


El río Buñol nace cerca de Siete Aguas, en el paraje La Vallesa, alimentado por las aguas del manantial Fuente de La Reclija, atraviesa los términos de Buñol y Alborache y se adentra en el término municipal de Turís, donde desemboca en el río Magro, en el paraje Junta de los Ríos, entre las estribaciones del Collado del Motratón y la Sierra del Castellet (5). 

La ruta comienza en el Parque de San Luís, en Buñol. La Ermita de San Luis Beltrán, patrono de Buñol, es un pequeño templo de estilo historicista neogótico catalogado como Bien de Relevancia Local. El edificio actual se construyó en 1876 porque el anterior fue destruido por una riada. Junto a ella se encuentra el manantial (67)Este santo valenciano de la orden de los dominicos fue misionero en América, y se opuso a la opresión de los indígenas por parte de los conquistadores, quienes, al parecer, intentaron asesinarlo en varias ocasiones. Fue canonizado por Clemente X en 1691 (8).


El Molino Galán es un antiguo molino harinero que fue reconvertido en papelero. A principios del siglo XX también se utilizó para producir energía hidroeléctrica. Actualmente acoge la Biblioteca Municipal (49). 
"...En ocasiones, cuando entre la acequia por donde circulaba el agua y el rodezno había un desnivel, se utilizaba el cubo, sistema de origen árabe por el que el molinero obtenía una mayor fuerza hidráulica al aprovechar el propio peso del agua precipitada por el desnivel. Era el caso del Molino Galán en Buñol" (4).

La primera cita de molinos hidráulicos data del siglo I a.C. en el Ponto. Los romanos los mejoraron, aunque su uso no fue generalizado en Hispania. Los musulmanes los perfeccionaron y los extendieron en la península Ibérica gracias a la gran labor que hicieron en el manejo de los recursos hídricos; su planificación les permitió emplear el agua en el riego agrícola y mover los molinos harineros. En los siglos X y XI están ampliamente distribuidos, y empieza a diversificarse el uso de la energía hidráulica construyendo batanesfábricas de papel martinetes (10). Durante el periodo feudal formaron parte del monopolio señorial de la nobleza y el clero; incluso se llegó a prohibir el uso del molino manual, especialmente en los siglos XVII y XVIII. En el siglo XIX el gobierno de Mendizábal puso fin a los privilegios del Real Patrimonio. La abolición del pago de toda clase de derechos por el agua y su uso, propició la caída de su precio, y permitió la expansión de la única actividad industrial posible en esos tiempos, que alcanzó su periodo de esplendor a finales del siglo XIX. Su declive comenzó a partir de 1900, con la generalización de la fuerza motriz eléctrica (4)


Fuente del Ciprés, junto a un antiguo merendero. Comentario del año 1973 enVoces de Buñol, 61:
"... época en que Buñol fue llamado "La Suiza Valenciana". Cuando los merenderos de Hortelano, Ciprés, La Jarra, Roquillo, Salud..., y tantos otros, eran oasis de paz y de belleza natural, cerca, muy cerca de un bello río, abundante en peces, en verdor y en limpieza. El progreso, bendito progreso, nos ha traído muchas cosas, pero a cambio se ha llevado tantas otras, que nos hace dudar sobre lo que es mejor."  (11)

La Cueva Turche está formada por un lago enmarcado en un gran anfiteatro de roca, que muestra una cascada de 60 m de altura cuando el río Juanes viene crecido. La colina se hundió formando un hueco rellenado por los sedimentos del río. En el roquedo se puede distinguir la roca madre, de más de 70 millones de años, en la parte superior izquierda, y en el resto las tobas de unos 30 millones de años. En el abrigo existe un microclima con una temperatura media anual de 16 a 18ºC (1213). En ella se han encontrado restos arqueológicos del Paleolítico Superior (hace unos 20.000 años). En sus inmediaciones había una antigua alquería islámica, a la que probablemente pertenecían los “Paredones de factura morisca” que cita Llombart en 1884 en su libro: Guía de Buñol y sus alrededores: la Suiza valenciana (1, 14).


El río Juanes, afluente del río Buñol, discurre entre los términos de Buñol y Yátova, ofreciendo paisajes agrestes modelados por la acción erosiva de sus aguas cristalinas (1516). En este río hay un sistema singular de azudes. En el paraje del Estrecho de los Azudes se encuentran el Azud del Partidor y el Azud de las Cuevas de las Palomas, que a través de un sistema de acequias abastecían las huertas de los términos de Yátova, Alborache y Macastre, y proveían a tres molinos en Alborache, cuatro en Yátova y uno en Macastre (4).


La diferencia de altitud que muestra el río Juanes desde su nacimiento hasta la Cueva Turche propicia la aparición de pozas conectadas por pequeñas cascadas. En este tramo encontramos la Cueva de las Palomas y un pequeño lago llamado Charco Mañán (15). A lo largo del recorrido pudimos observar una letrina de Jineta.


La Cueva de las Palomas es una pequeña poza encajada entre grandes peñas. En ella se han encontrado restos arqueológicos del Paleolítico Superior (hace unos 20.000 años), de la Edad de Bronce (hace unos 3.000 años) y de la Época Romana (151). En este precioso paraje pudimos observar renacuajos de Sapo común.


El balneario del río Juanes es un balneario abandonado que se encuentra junto a un manantial de aguas medicinales que nutre al río. Al parecer, a las aguas de este río se le atribuyen propiedades beneficiosas para la salud. En 1884 perteneció a un vecino de Buñol (1217).

La Comunidad Valenciana goza de gran riqueza de recursos hidrominerales, y una arraigada tradición en el uso y aplicaciones de estas aguas. Sus balnearios adquirieron gran prestigio en la segunda mitad del siglo XIX, llegando a su máximo esplendor a principios del siglo XX. Los destrozos que sufrieron durante la Guerra Civil (en España muchos de ellos se utilizaron como cuarteles, almacenes de munición, prisiones... sufriendo importantes bombardeos), unido a que dejaron de ser rentables, provocó el cierre de muchos de ellos, y la transformación de otros en centros religiosos o en plantas envasadoras de agua mineral. (18, 19, 20).

   Postal de Andres Fabert, año 1910. Fuente: bunyul.com

Las muelas de los molinos solían provenir de canteras cercanas por la dificultad de transportarlas. Los canteros extraían la piedra idónea, le daban la forma y dimensiones aproximadas, y la transportaban en carros de bueyes hasta el molino, donde el molinero realizaba su acabado. Entre las más apreciadas estaban las piedras naturales procedentes de canteras granadinas o almerienses, y las de canteras francesas (La Ferté o La Lohr), que comienzan a difundirse a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con la expansión del ferrocarril. Las piedras francesas tenían fama de producir una harina de mayor calidad por su color blanco; estaban formadas por fragmentos poligonales de piedra cuarcítica que solían venderse en porciones, y que el molinero unía con yeso o cemento formando un cilindro que sujetaba con uno o dos aros metálicos. Las caras molturantes de las muelas muestran unas acanaladuras, regatas, encargadas de evacuar la harina hacia el exterior. Éstas pueden ser curvas, rectas (4 u 8 acanaladuras), de estrías múltiples (30 a 40 acanaladuras) y mixtas. (21)

                                                                           Ardilla roja
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A finales del siglo XVIII Buñol era considerado uno de los núcleos papeleros valencianos. Reunía las condiciones adecuadas para esta actividad: la existencia de corrientes fluviales con pronunciado desnivel, la proximidad a centros urbanos que garantizaba el abastecimiento de trapos (materia prima), y un mercado para la producción papelera. A principios del siglo XX se redujo la actividad harinera, mientras que el número de molinos papeleros a partir de trapos aumentó (4). 

La historia del papel se inicia en China, en el año 105. Lo fabricaban desintegrando fibras vegetales y trapos con un mazo pesado de madera en un mortero de piedra; después las extendían sobre un fino tejido de bambú sujeto por un marco de madera, para darle forma; y aplicaban extracto de agar para unir las fibras y darles la impermeabilidad necesaria. Los árabes descubren esta técnica en el año 751, e introducen grandes avances: el uso de la energía hidráulica, el blanqueo de las fibras con cal, el encolado con goma arábiga o engrudo de almidón, y el perfeccionamiento de su forma; y extienden la fabricación del papel a lo largo de su imperio hasta Al-Ándalus. La posesión del papel fomentó en el imperio islámico la escritura, la instrucción pública, el conocimiento y la literatura en un tiempo en que Occidente tenía que valerse del pergamino. El papel llega al resto de Europa desde Al-Ándalus, y a través de los cruzados que comerciaban con Bagdad y Damasco. Játiva es la primera población de Occidente de la que hay constancia que tuvo industria papelera (El Edrisi, 1154: “Játiva es una bonita villa con castillos... se fabrica papel como no se encuentra otro en el mundo. Se expide a Oriente y Occidente”) (22).


La invención de la imprenta, en el año 1440, revalorizó aún más la utilidad del papel, que reunía las cualidades gráficas apropiadas, el ser abundante, barato, duradero, transportable y asequible a las enormes cantidades que requerían los impresores. Esto propició que Europa se cubriera de molinos papeleros entre finales del XV y mediados del XVI. Los papeleros españoles se vieron impotentes ante el aumento de la demanda ocasionada por el descubrimiento y colonización de América. En este periodo se produjo en España un retroceso de las labores artesanales debido a las continuas guerras y a la expulsión de los moriscos (excelentes artesanos) y judíos (grandes comerciantes). En cambio, en Europa se realizan grandes avances. La creciente escasez de materias primas propició la búsqueda de nuevos materiales. En 1777 se descubrió el efecto del cloro para aumentar la blancura de la pasta de papel, lo que permitió utilizar trapos más gruesos y coloreados. En 1844 se halla una nueva materia prima para fabricar papel: la madera (22).

Agradecimientos: 
Nuestro agradecimiento a nuestro compañero y amigo Vicente Sancho por su valiosa ayuda en la identificación de los renacuajos de la Cueva de las Palomas.

Referencias: